Compartiendo contenido de edificación, ánimo y desafío para que usted y su iglesia puedan cumplir la Gran Comisión de una manera bíblica, responsable y estratégica.
He tenido el privilegio de plantar iglesias desde cero en contextos muy distintos, desde los Estados Unidos hasta México, y de diseñar estrategias misioneras adaptadas a esos entornos. A lo largo del camino, he aprendido lecciones valiosas que creo que pueden ayudarnos a evitar errores innecesarios. A continuación, quiero compartir algunos principios clave que pueden marcar la diferencia entre una obra que edifica… y una que lastima.
¿Alguna vez se ha preguntado por qué algunos proyectos misioneros prosperan mientras que otros enfrentan dificultades? He tenido el privilegio de trabajar con una de las organizaciones misioneras más grandes y antiguas del mundo, y he aprendido algo profundo: el éxito en las misiones a menudo surge del aprendizaje a través del fracaso.
La semilla del evangelio es resiliente. No necesita de nosotros para tener poder, pero sí requiere que la plantemos. No seamos aquellos que la retienen, sino sembradores fieles que esparcen las buenas nuevas con generosidad y obediencia.
Es interesante reflexionar que el mayor esfuerzo, tiempo y recursos de la iglesia se dedican a aquello que tendremos una eternidad para seguir haciéndolo, y los menores recursos están dedicados a aquello para lo que tenemos muy poco tiempo para realizar. Lo que caduca con el cielo. No quiere decir que lo primero no sea importante, pero vale la pena la reflexión y reevaluación de nuestras prioridades como iglesia.
Definitivamente y sin argumentos, compartir las buenas nuevas de salvación es una tarea a la que toda iglesia debe dedicarse, y, por supuesto, cada cristiano miembro de la iglesia también. La pregunta es, ¿de que manera estamos reflejando esta prioridad que el apostol Pablo llama una impuesta necesidad? Los invito a reflexionar y profundizar en este tema que todos debemos considerar. Y permítanme en este espacio sugerir algunas acciones prácticas para examinar y mejorar nuestra participación en el cumplimiento de esta importante misión.
El impacto de los influencers en la sociedad es innegable. Desde tendencias de moda hasta decisiones de compra, estas figuras públicas tienen el poder de moldear comportamientos y dirigir el enfoque de las masas. Pero, ¿qué pasaría si esta influencia se usara para algo más grande, algo con un propósito eterno y con menos audiencia?