La Resiliencia de la Semilla

En diciembre de 2015 tuve la oportunidad de visitar Egipto. Uno de los momentos más fascinantes de ese viaje ocurrió durante un recorrido por las pirámides. Nuestro guía nos mostró granos de trigo que habían estado enterrados por más de mil años. Lo asombroso fue que, al ser plantados, algunos de esos granos germinaron. Piensa en esto: semillas que habían permanecido inactivas durante siglos aún conservaban el potencial de dar vida.

Esta experiencia volvió a mi mente en una conversación reciente con un grupo de pastores en un país de Centroamérica. Uno de ellos hizo una observación impactante: "La semilla del evangelio en nuestro país se está pudriendo porque no la estamos compartiendo. No estamos enviando misioneros y nos estamos quedando con el mensaje para nosotros mismos". Sus palabras me estremecieron, pero al reflexionar sobre ellas, comprendí algo más profundo.

El problema no es la semilla. El problema es el sembrador.

1. La Semilla Es Resiliente

Al igual que aquellos antiguos granos de trigo, la Palabra de Dios es eterna, poderosa y resistente. No pierde su eficacia con el tiempo ni en medio de circunstancias adversas. Hebreos 4:12 nos recuerda que "la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos". No depende de nosotros para ser efectiva; ya tiene poder en sí misma.

2. El Sembrador Es la Clave

El problema radica en nosotros, los sembradores. ¿Estamos sembrando la semilla fielmente? ¿Estamos compartiendo el evangelio con aquellos que no lo han escuchado? ¿O, como mencionó el pastor, la estamos guardando solo para nosotros, permitiendo que se "pudra" en nuestras iglesias y comunidades?

En la parábola del sembrador en Mateo 13, Jesús enfatiza la importancia del suelo, pero también la responsabilidad del sembrador de esparcir la semilla generosamente. Si no sembramos, la semilla no puede echar raíces.

La Resiliencia de la Palabra de Dios a Través de la Historia

Para entender mejor la fortaleza de la Palabra de Dios, consideremos algunos hechos históricos que demuestran cómo la Biblia ha permanecido firme a lo largo de los siglos:

1. La Biblia Ha Sobrevivido a lo Largo del Tiempo

A pesar de siglos de persecución, prohibiciones e intentos de destruirla, la Biblia sigue siendo el libro más distribuido y vendido de la historia. Muchos han intentado suprimirla, pero sigue siendo traducida a más idiomas que cualquier otro libro.

2. Evidencia Manuscrita

La Biblia tiene más respaldo en manuscritos que cualquier otro documento antiguo. Se han encontrado más de 25,000 manuscritos antiguos del Nuevo Testamento, superando ampliamente obras como La Ilíada de Homero (~1,800 copias) o los escritos de Platón (~250 copias). Esta fidelidad demuestra que el texto bíblico ha sido preservado con exactitud a lo largo del tiempo.

3. Influencia en la Sociedad

Los principios bíblicos han dado forma a leyes, derechos humanos y valores éticos en muchas sociedades. La abolicón de la esclavitud, la creación de hospitales, la dignidad humana y hasta el desarrollo del pensamiento científico moderno han sido influenciados por la Biblia.

4. La Biblia Resiste la Persecución

Desde el Imperio Romano hasta los regímenes comunistas, los cristianos han sido perseguidos por su fe. Sin embargo, el cristianismo y la Biblia han crecido incluso en los lugares donde han sido prohibidos. En países como China, Corea del Norte y algunos del Medio Oriente, la Palabra de Dios sigue transformando vidas a pesar de la represión.

5. Confirmación Arqueológica

A lo largo de los años, numerosos descubrimientos arqueológicos han validado la exactitud histórica de la Biblia. Por ejemplo:

• Los Rollos del Mar Muerto (descubiertos en 1947) confirmaron la fidelidad de los textos del Antiguo Testamento a lo largo de más de mil años.

• La ubicación del estanque de Betesda (mencionado en Juan 5:2) y otros sitios bíblicos ha sido corroborada arqueológicamente.

6. Impacto Global

La Biblia ha sido traducida a más de 3,500 idiomas, lo que la convierte en el libro más accesible y de mayor influencia en la historia.

7. Precisión Profética

La Biblia contiene numerosas profecías cumplidas, incluyendo predicciones detalladas sobre el nacimiento, vida, muerte y resurrección de Jesucristo. Historiadores han confirmado eventos que coinciden con profecías bíblicas, lo que evidencia su origen divino.

8. Crecimiento Constante del Cristianismo

A pesar de la oposición, la fe cristiana sigue expandiéndose en todo el mundo. En países como China e Irán, donde la iglesia es clandestina, el evangelio sigue avanzando con fuerza, demostrando que la Palabra de Dios no puede ser detenida.

A lo largo de la historia, las civilizaciones han surgido y caído, los gobiernos han cambiado y las ideologías han evolucionado, pero la Biblia permanece firme. Como dijo Jesús en Mateo 24:35: "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán".

La semilla del evangelio sigue siendo tan poderosa como siempre. La pregunta es: ¿seremos sembradores fieles o permitiremos que la semilla permanezca inactiva? Que Dios nos ayude a esparcir su Palabra con valentía y fidelidad.

Un Llamado a la Acción

¿Qué significa esto para nosotros como creyentes? Aquí hay tres pasos prácticos a considerar:

• Para quienes quieren participar, pero no saben cómo
  Comienza con algo sencillo. Ora por los misioneros, apóyalos financieramente o participa en un viaje misionero a corto plazo. Pregunta en tu iglesia sobre oportunidades para involucrarte. Recuerda, las misiones no son solo para los “superespirituales”, sino para todo creyen

• Para quienes piensan que las misiones no son para ellos
  Reflexiona en esto: la Gran Comisión en Mateo 28:19-20 no es una sugerencia, es un mandato. No necesitas mudarte a otro país para ser misionero. Comienza en tu vecindario, en tu lugar de trabajo o en tu comunidad. Comparte el evangelio donde estés.

• Para quienes ya participan, pero lo hacen de manera incorrecta
  Examina tus motivos. ¿Estás compartiendo el evangelio por amor a Cristo y a los demás, o lo haces por obligación o reconocimiento? Las misiones no se tratan de nosotros, sino de glorificar a Dios y dar a conocer su nombre.

Una Reflexión Final

La semilla del evangelio es resiliente. No necesita de nosotros para tener poder, pero sí requiere que la plantemos. No seamos aquellos que la retienen, sino sembradores fieles que esparcen las buenas nuevas con generosidad y obediencia.

Al recordar aquellos antiguos granos de trigo, veo el increíble potencial del evangelio. No nos corresponde hacerlo crecer, esa es la obra de Dios. Pero sí nos corresponde sembrarlo.

"A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies." – Mateo 9:37-38